martes, 25 de octubre de 2011

ORANDO CON EL PAPA POR LA UNIDAD

III. Oración ecuménica



Las campanas suenan lentamente mientras ingresan los representantes. Tras un silencio lee el Monitor:



Nos congregamos  aquí en silencio, en comunión con todos aquellos que oran en Asís. Nuestro silencio hace eco al silencio de los líderes del mundo que callan, no hacen oír su voz y no trabajan por la paz. Hace eco también a nuestras comunidades silenciosas y demasiado preocupadas del propio bienestar para dejarse interpelar. Hace eco a nuestros corazones silenciosos que han olvidado los dones de los cuales Dios nos ha colmado. No hemos sido creados para el silencio. Debemos siempre recordar que, provenientes lugares diversos, somos en realidad un don los unos los otros.



            (Sentados)



I. INVITACIÓN  A LA ORACIÓN  DE ALABANZA Y  DE ACCIÓN DE GRACIAS


(Monitor): Nuestra invitación a la alabanza nos lleva a considerar nuestros puntos de vista y nuestras proveniencias como un don.



(Se pone incienso en las brasas antes de la intervención de cada representante)



Representante 1:      Creador del Oriente, te ofrecemos este don en honor de la aurora del nuevo día. Agradecemos y honramos a los pueblos del Oriente: su vida y sus tradiciones espirituales nos enseñan cómo vivir. Todos nosotros deseamos acoger el desafío de un nuevo inicio y encontrar alegría al recorrer nuestro camino, en el surgir cotidiano de la luz. Haz que aprendamos a renovar nuestra mente para encontrar nuevos modos de  cuidar de nosotros mismos y de los otros. Gracias por el nacimiento de cada nuevo día.


Representante 2:      Creador del Norte, te ofrecemos este don en honor de las luchas y  de la perseverancia en los días invernales. Agradecemos  y honramos a los pueblos del Norte: su vida y sus tradiciones espirituales nos enseñen cómo vivir. Todos nosotros deseamos afrontar los desafíos de este tiempo complejo y confuso. Haz que podamos encontrar la fuerza y  el sentido de vivir en el encuentro contigo y con el prójimo y haznos capaces de encontrar nuevos modos para sostenernos y fortalecernos todas las veces que nos sentimos perdidos.


Representante 3:      Creador del sur, te ofrecemos este don en honor de la vida que llega cada primavera. Agradecemos y honramos a los pueblos del Sur: su vida y tradiciones nos enseñan cómo vivir. Todos nosotros deseamos reencontrar nuestras fuerzas y nuestro alimento en la sorprendente sobreabundancia de la vida. Haz que aprendamos a recibir cada don con respeto, honor y humildad y haznos capaces de generar comprensión y  de fomentar nuevos líderes. Gracias por el don de cada persona que ha escogido seguir a Cristo.


Representante 4:      Creador del Occidente, te ofrecemos este don en honor del fin de cada día, como cumplimiento de nuestros compromisos cotidianos. Agradecemos y honramos a los pueblos del Occidente: su vida y sus tradiciones espirituales nos enseñan cómo vivir. Todos nosotros deseamos vencer el miedo de frente a lo que acaba, al término del día y de cada estación  y, así compartir la sabiduría de lo que hayamos aprendido al recorrer tu camino. Haz que podamos encontrar, en nuestras oscuridades, el coraje de buscar una nueva aurora esperando alcanzar la plenitud del corazón, de la mente y del espíritu.


II. PALABRA DE DIOS



(Monitor): Ahora dejemos que  la Palabra de Dios rompa el silencio y resuene en todas las direcciones de modo que cada hombre pueda escuchar la Buena Noticia y caminar en la paz y en la benevolencia de Dios.



(Lector/a)



«Así dice el Señor:
"el cielo es mi trono,
la tierra el estrado de mis pies.
¿Qué casa podrán construirme
o que lugar para mi reposo,
si el universo es obra de mis manos y todo es mío?
- Oráculo del Señor -
En ese pondré mis ojos,
en el humilde y el que tiene un espíritu contrito
en aquel que se estremece ante mis palabras».
Isaías 66, 1-2




III. MEDITACIÓN


(Escoger una persona que haga una breve meditación)


IV. PETICIÓN DE PERDÓN



(Monitor): Hermanos y hermanas, oremos no sólo por la paz en nuestro mundo, sino también para que nosotros mismos podamos ser instrumentos de aquella paz de la cual el mundo tiene necesidad. Debemos pedir perdón por todas las veces que no hemos cumplido la voluntad de Dios. Recordemos que debemos ante todo pedir perdón para poder ser perdonados. Reconozcamos la bondad de Dios, que es nuestro Padre y reconozcamos nuestros pecados para poder recibir el perdón de Dios todo misericordioso. Reconozcamos que hemos escogido callar en vez de escuchar la Palabra de Dios y de acoger el grito de los hijos de Dios que son víctimas de la injusticia. Oremos, pues,  con confianza:



·       Aunque hemos abandonado los caminos de la paz;

* (todos) Tú, Señor, nos invitas de nuevo a ser sembradores de paz.

·       Aunque hemos herido a nuestros hermanos,

* (todos) Tú, Señor, nos invitas a la reconciliación.

·       Aunque no hemos colaborado con decisión con quienes construyen la paz,

* (todos) Tú, Señor, quieres que nos impliquemos en los procesos de la paz.

·       Aunque no hemos escuchado el grito de quienes se siente ultrajados,

* (todos) Tú, Señor, quieres que sean nuestros hermanos y hermanas predilectos.



V. ORAMOS CON FRANCISCO DE ASÍS



Pidamos ahora a Dios Padre que perdone que nos haga capaces de perdonar a  aquellos que nos han ofendido. Hagámoslo con las palabras de Francisco



TODOS:        Oh alto y  glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón.
Dame fe recta, esperanza verdadera,
caridad perfecta y humildad profunda.
Dame, Señor, sentido y discernimiento
para cumplir tu verdadera y santa voluntad. Amén



VII. RITO DE LA MISIÓN


La “Tau” es  un símbolo conocido desde hace mucho tiempo. El profeta Ezequiel tuvo una visión donde aquellos que permanecieron fieles eran marcados con el signo de la Tau, el signo de la alianza, de la fe y de la salvación (Ez 9,4) San Francisco de Asís, es el santo conocido por haber difundido la Tau en todo el mundo. Se cuenta que Francisco estuvo en Roma, probablemente durante la celebración del IV Concilio de Letrán y que oyó al Papa Inocencio III hablar de Ezequiel y del significado de la Tau. Francisco hizo suyo aquel símbolo con el cual se identificó inmediatamente. Los temas de la conversión, de la salvación, de la fidelidad a la Palabra y a la voluntad de Dios parecían ser aquellos que calaban en el corazón de Francisco.

En este día, en el cual estamos reunidos para pedir por la paz, la Tau nos pide vivir en unidad,  conversión, obediencia a la voluntad de Dios y en el espíritu de Dios que es Espíritu de paz y de perdón. Hoy es nuestro compromiso y responsabilidad ser punto de referencia para el mundo y llamar a todos los hombres a ser fieles al Pacto de amor con Dios.


ENVÍO A LA MISIÓN EN EL ESPÍRITU DE LA TAU



(Monitor): “Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt. 5,9). Son verdaderamente pacíficos aquellos que en todas las contrariedades que soportan en este mundo, por el amor del Señor nuestro Jesucristo, conservan la paz en el alma y en el cuerpo. (De la Admonición  XV de San Francisco).


(Se distribuye la Tau a todos los presentes mientras la asamblea entona el canto final de envío a la misión)


CANTO DE DESPEDIDA

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