sábado, 30 de marzo de 2013

MONICIONES - DOMINGO DE PASCUA


Moniciones para el domingo de Pascua

 

Monición de entrada

Paz y bien. Favor de apagar los celulares. “Este el día en que actuó el Señor”, con estas palabras del Salmo responsorial podemos hacernos una idea de la grandeza e importancia de este domingo. Si bien Dios ha hecho muchas maravillas en la historia, la más admirable, su obra por excelencia,  fue la de glorificar a Jesucristo con su resurrección y de esa forma llevó a la perfección la obra salvadora en favor nuestro. Por ello, hoy es el día de la alegría, de la alabanza, de la felicidad para los creyentes en Jesucristo. Todo ello lo expresamos y celebramos hoy en la Eucaristía.

 

Monición  a la 1ª lectura – Hechos10, 34.37-43

Escuchemos ahora una de las predicaciones primeras de la Iglesia en este pasaje de los Hechos de los Apóstoles. Es la proclamación del misterio pascual de Cristo, en la que se fundamenta nuestra fe.

 

Monición al Salmo 117

Con el salmo nos unimos al gozo de la Iglesia ante el misterio de la Resurrección: es el día que da el verdadero sentido a toda la historia de salvación.

 

Monición a la 2ª lectura – Colosenses 3, 1-4

¿Qué significa y comporta participar espiritualmente en la resurrección de Cristo? Escuchemos cómo san Pablo lo explica en el siguiente pasaje de una de sus cartas.

 

SECUENCIA: hoy se dice la secuencia en todas las Misas

 

Monición al Evangelio – Juan 20, 1-9

Escuchamos en este pasaje cómo reaccionan los apóstoles Pedro y Juan ante la noticia de que Cristo no está en el sepulcro.

 

Preces de los fieles

Sacerdote: Como pueblo sacerdotal, renovado por la gracia de nuestro bautismo, con una confianza también renovada, nos dirigimos a Dios nuestro Padre en oración por toda la humanidad.

Respuesta: Padre, escúchanos.

 

--Por la santa Iglesia de Dios, renovada y embellecida en esta noche con la gracia y vida de Cristo resucitado, para que sea signo vivo de su Resurrección. Roguemos al Señor.

--Por las autoridades civiles de nuestro país y del mundo, para que sean iluminados en su gobierno con la luz del don recibido de lo alto para ser intermediarios de la prosperidad y la justicia. Roguemos al Señor.

--Por los pobres y desheredados de este mundo, por los ancianos abandonados y por los niños de la calle, para que, al menos, un rayo de esperanza brille en sus vidas. Roguemos al Señor.

--Por todos los que creemos en Cristo resucitado, para que seamos portadores y testigos de su paz a todos los que la necesitan. Roguemos al Señor.

Sacerdote: Acoge Padre bueno estas intenciones que te hemos presentado para que la abundancia de vida de Cristo resucitado se encarne en todos tus hijos. Por Cristo nuestro Señor.

 

Monición de envío

Si hemos muerto y resucitado con Cristo por el bautismo y la eucaristía, vayamos y compartamos con nuestra sociedad la gran noticia de que Cristo ha resucitado de entre los muertos, que no tengan miedo, pues Cristo ha vencido a la muerte.

 

MONICIONES VIGILIA PASCUAL


VIGILIA PASCUAL

 

Monición inicial

Paz y bien. Favor de apagar sus celulares.

Si el mundo organiza sus grandes fiestas en la noche, muchos dando culto a la oscuridad, nosotros nos reunimos en esta noche para ser testigos de este gran misterio de vida, que es la Resurrección de Cristo, en quien está nuestra esperanza de una vida digna de hijos de Dios. A través de cuatro  signos: la luz, la Palabra, el agua bautismal, la Eucaristía, se nos va a ofrecer la oportunidad de renovarnos en esta vida de Cristo resucitado.

Los invitamos a acercarse ahora al atrio de la iglesia, donde va a tener lugar la liturgia de la luz, símbolo de Cristo resucitado.

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MONICIÓN A LA ENTRADA DEL CIRIO

Asistimos ahora a la entrada solemne del Cirio Pascual, símbolo de Cristo resucitado. A la aclamación del sacerdote: CRISTO LUZ DEL MUNDO,  responderemos cantando: DEMOS GRACIAS A DIOS.

Les pedimos que vayan ocupando sus lugares y esperan a que la luz les vaya llegando para prender su vela o cirio. No lo prendan con su encendedor o cerillos propios.

 

MONICIÓN para el pregón pascual

Escuchemos ahora el pregón pascual de pie y con las velas encendidas, en homenaje espiritual a la proclamación de este admirable misterio de la Resurrección de Cristo Señor

 

LITURGIA DE LA PALABRA

Se invita a la asamblea a apagar las velas y a sentarse para escuchar las lecturas.

 

Escucharemos ahora con atención las lecturas del Antiguo Testamento, en  las que se nos va a narrar los pasos principales de la historia de la salvación. Son siete  las lecturas del Antiguo Testamento, que vamos a escuchar, con sus correspondientes salmos y oraciones.

 

 

 

Monición a la 1ª lectura- Génesis

La primera lectura nos narra la obra admirable de la creación. Dejemos que la palabra de Dios vaya penetrando suavemente en nuestro corazón.

 

(Después de cada salmo invitar a la asamblea  a ponerse de pie)

 

Monición a la 2ª lectura – Génesis

Escucharemos ahora la emocionante historia de Abraham, que recibe de Dios la orden de sacrificarle a su hijo. Prestemos atención para captar los detalles de esta extraña y dolorosa orden de Dios.

 

Monición a la 3ª lectura- Éxodo

Se narra en esta lectura el hecho que marcó la historia del pueblo de Israel y en el que Dios mostró su gloria: el paso del mar Rojo.

 

(Después de esta lectura sigue el salmo sin decir Palabra de Dios)

 

Monición  a la 4ª lectura – Isaías 54

En esta lectura se mira al pueblo de Israel después de siglos en la tierra prometida  y, a pesar de los pecados y las infidelidades de éste,

Dios renueva su compromiso de amor y de llevar a cabo sus promesas.

 

Monición a la 5ª lectura – Isaías 55

De nuevo el profeta Isaías invita al pueblo a acercarse a Dios, pues sólo en él está la verdadera vida. Dios quiere renovar su alianza y garantizar así el cumplimiento de sus promesas.

 

Monición a la 6ª lectura –Baruc

Como el pueblo de Israel, nos cuestionamos y buscamos la razón de muchos acontecimientos, que a veces tocan dolorosamente nuestra vida; el profeta Baruc da aquí la respuesta al por qué de  estos cuestionamientos.

 

Monición a la 7ª lectura – Ezequiel

En un breve repaso de la historia de Israel, sobre todo recordando sus pecados y las pruebas por las que ha pasado, el profeta Ezequiel anuncia los planes de Dios de comenzar de nuevo y para ello llevar a cabo una renovación interior espiritual de su pueblo.

 

Después del Salmo:  se invita a la asamblea a ponerse de pie para la oración y el canto del GLORIA (con repique de campanas).

 

Monición antes del Gloria

Antes de escuchar el anuncio de la Resurrección de Cristo, con la que se cumplen las promesas del Antiguo Testamento, nos unimos en el canto del Gloria, alabando a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo por esta obra de la redención de la humanidad.

 

Monición a la lectura de Romanos

La resurrección de Cristo no sucedió de una vez, de forma que pertenezca ya al pasado. Se realiza en la vida de la Iglesia y en la vida de cada bautizado que lo acepta como a su Señor y Salvador. Escuchemos.

 

Monición al ALELUYA

De nuevo la Iglesia se conmueve de gozo en esta noche con el canto típico de Pascua, que es el ALELUYA. Nos unimos al mismo aclamando la alegría de Cristo ya Resucitado.

 

Monición al Evangelio

Hoy más que nunca el Evangelio es Buena Nueva; la buena nueva que cambió el sentido de la historia humana: la resurrección de Cristo, según él lo había anunciado.

 

LITURGIA DEL BAUTISMO

Monición

Esta es la noche en que nosotros podemos  renacer a la vida divina, renovándonos  en la vida de hijos de Dios. Y esto, no sólo con el deseo, sino renovando el signo sacramental que nos dio esa dignidad: nuestro bautismo. Esto es lo que vamos a hacer en esta liturgia del bautismo junto con (los niños) que van a ser bautizados.

 

***Antes de renovar las promesas del bautismo se prenden de nuevo las velas de la asamblea.

Advertir a  la gente que no se muevan y que esperen a que la luz llegue a sus lugares.

 

Acabada  la liturgia bautismal se hacen las preces de los fieles:

 

Sacerdote: Como pueblo sacerdotal, renovado por la gracia de nuestro bautismo, con una confianza también renovada, nos dirigimos a Dios nuestro Padre en oración por toda la humanidad.

Respuesta: Cristo resucitado, escúchanos.

 

--Por la santa Iglesia de Dios, renovada y embellecida en esta noche con la gracia y vida de Cristo resucitado, para que sea signo vivo de su Resurrección. Roguemos al Señor.

--Por las autoridades civiles de nuestro país y del mundo, para que sean iluminadas en su gobierno con la luz de lo alto para ser intermediarios de la prosperidad y la justicia. Roguemos al Señor.

--Por los pobres y desheredados de este mundo, por los ancianos abandonados y por todos los marginados, para que, al menos, un rayo de esperanza brille en sus vidas. Roguemos al Señor.

--Por todos los que en esta noche y en este tiempo pascual reciban el bautismo, niños y adultos, para que gocen en plenitud de los dones del Espíritu. Roguemos al Señor.

--Por todos los que creemos en Cristo resucitado, para que seamos portadores y testigos de su luz y de su paz a todos los que la necesitan. Roguemos al Señor.

 

Sacerdote: Acoge Padre bueno estas intenciones que te hemos presentado para que la abundancia de vida de Cristo resucitado se encarne en todos tus hijos. Por Cristo nuestro Señor.

 

Monición de envío

Si hemos muerto y resucitado con Cristo por el bautismo y la eucaristía, vayamos y compartamos con nuestra sociedad la gran noticia de Cristo resucitado, que es noticia de esperanza ante todo lo que nos pueda preocupar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SABADO SANTO

SABADO SANTO...DÍA DE SILENCIO Y CONTEMPLACIÓN JUNTO A MARÍA ESPERANDO LA RESURRECCIÓN DE CRISTO.

viernes, 29 de marzo de 2013

MONICIONES -VIERNES SANTO


VIERNES SANTO – CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

 

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Paz y bien. Bienvenidos a nuestra celebración. Les pedimos de favor que apaguen sus teléfonos celulares.

 

Acompañamos hoy a Jesucristo en su pasión y muerte en cruz. No nos consideramos mejores que los que lo abandonaron y los que lo llevaron a la muerte. Nos sentimos pecadores como sus apóstoles y discípulos.  Pero como ellos también nosotros creemos que de aquella cruz, de aquel aparente fracaso de su vida, proyectado en su crucifixión, nace la vida verdadera; la única vida que merece ser vivida. Por eso nos reunimos hoy aquí para acompañarlo espiritualmente y orar con fe y  agradecimiento sinceros.

 

Nos ponemos de pie para iniciar la celebración en silencio.

 

Entra el sacerdote

 

Todos nos ponemos de rodillas

 

(Después  de la oración que hace el sacerdote (sólo él de pie) se invita a la asamblea a ponerse de pie y a sentarse a continuación.)

 

Monición  a la 1ª lectura

Escucharemos ahora el famoso cuarto canto del Siervo de Yahvé del profeta Isaías, un fiel retrato de la pasión, muerte y glorificación de Cristo. Escuchemos con reverencia.

 

Monición al Salmo responsorial

Al rezar el salmo, asumamos en nuestro corazón los sentimientos de Cristo en la Cruz, preparando nuestro espíritu para seguirle por el mismo camino.

 

Monición a la 2ª lectura

El autor de la carta a los Hebreos nos presenta el ejemplo de Jesús al aceptar la muerte en cruz como la experiencia que nos ha de mover a la confianza en Él y a seguir su ejemplo.

 

Monición a la Pasión

Escuchamos hoy la pasión del Señor, como eje espiritual de nuestra celebración. Que nos sirva para situarnos espiritualmente en este drama inefable de amor. La escuchamos de pie, si alguno, por alguna razón de salud necesita sentarse, hágalo con libertad.

VIERNES SANTO

VIERNES SANTO - CULMINACIÓN DEL AMOR
"Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna".
Muchos hoy se van a la playas y a las albercas a sumergirse en el agua y alviar el calor, nosotros nos sumergimos en el calor confortante del amor de Dios, puesto que eso es lo que nos recuerda mirar a la Cruz y hacer las 14 estaciones del Viacrucis.

jueves, 28 de marzo de 2013

JUEVES SANTO

JUEVES SANTO. DÍA DEL MEMORIAL DEL AMOR
"Hagan esto en memoria mía" y Jesús con estas palabras instituyó la Eucaristía y el sacerdocio. Gracias, Señor.

miércoles, 27 de marzo de 2013

DEL PAPA FRANCISCO


CATEQUESIS DEL PAPA HOY 27 DE MARZO
¡Hermanos y hermanas, buenos días!
Me alegra darles la bienvenida a mi primera Audiencia general. Con profunda gratitud y veneración tomo el "testigo" de las manos de mi amado predecesor Benedicto XVI. Después de Pascua vamos a reanudar las catequesis del Año de la fe. Hoy quisiera detenerme sobre la Semana Santa. Con el Domingo de Ramos comenzamos esta Semana - centro de todo el Año Litúrgico- en la que acompañamos a Jesús en su Pasión, Muerte y Resurrección.
Pero ¿qué puede significar para nosotros vivir la Semana Santa? ¿Qué significa seguir a Jesús en su camino del Calvario hacia la Cruz y la Resurrección?
En su misión terrenal, Jesús recorrió las calles de Tierra Santa; llamó a doce personas simples para que permanecieran con Él, compartieran su camino y continuaran su misión; las eligió entre el pueblo lleno de fe en las promesas de Dios. Habló a todos, sin distinción, a los grandes y a los humildes, al joven rico y a la pobre viuda, a los poderosos y a los débiles; trajo la misericordia y el perdón de Dios; curó, consoló, comprendió; dio esperanza; llevó a todos la presencia de Dios que se interesa de cada hombre y mujer, como hace un buen padre y una buena madre con cada uno de sus hijos. Dios no esperó a que fuéramos a Él, sino que es Él que se mueve hacia nosotros, sin cálculos, sin medidas. Dios es así: Él da siempre el primer paso, Él se mueve hacia nosotros.
Jesús vivió las realidades cotidianas de la gente más común: se conmovió delante de la multitud que parecía un rebaño sin pastor; lloró ante el sufrimiento de Marta y María por la muerte de su hermano Lázaro; llamó a un publicano como su discípulo; sufrió también la traición de un amigo. En Él, Dios nos ha dado la certeza de que Él está con nosotros, en medio de nosotros. «Los zorros - ha dicho Jesús - tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza». (Mt 8:20). Jesús no tiene hogar, porque su casa es la gente, somos nosotros, su misión es abrir a todos las puertas de Dios, ser la presencia amorosa de Dios.
En la Semana Santa nosotros vivimos el culmen de este camino, de este plan de amor que recorre a través de toda la historia de la relación entre Dios y la humanidad. Jesús entra en Jerusalén para cumplir el paso final, en el que resume toda su existencia: se entrega totalmente, no se queda con nada para sí mismo, ni siquiera con su vida. En la Última Cena, con sus amigos, comparte el pan y distribuye el cáliz "para nosotros". El Hijo de Dios se ofrece a nosotros, ofrece en nuestras manos su Cuerpo y su Sangre para estar siempre con nosotros, para habitar entre nosotros.
Y en el Huerto de los Olivos, al igual que en el juicio ante Pilato, no opone resistencia, se da; es el Siervo sufriente ya anunciado por Isaías, que se despoja de sí mismo hasta la muerte (cf. Is 53:12).
Jesús no vive este amor que lleva al sacrificio de manera pasiva o como un destino fatal; desde luego no oculta su profunda perturbación humana frente a la muerte violenta, pero se entrega plenamente a la confianza del Padre. Jesús se entregó voluntariamente a la muerte para corresponder al amor de Dios Padre, en perfecta unión con su voluntad, para demostrar su amor por nosotros. En la cruz, Jesús "me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gal 2:20). Cada uno de nosotros puede decir: me amó y se entregó a sí mismo por mí. Cada uno puede decir este “por mí”.
¿Qué significa todo esto para nosotros? Significa que éste es también mi camino, el tuyo, nuestro camino. Vivir la Semana Santa, siguiendo a Jesús, no sólo con la conmoción del corazón; vivir la Semana Santa siguiendo a Jesús quiere decir aprender a salir de nosotros mismos - como dije el domingo pasado - para salir al encuentro de los demás, para ir hasta las periferias de la existencia, ser nosotros los primeros en movernos hacia nuestros hermanos y hermanas, especialmente los que están más alejados, los olvidados, los que están más necesitados de comprensión, de consuelo y de ayuda. ¡Hay tanta necesidad de llevar la presencia viva de Jesús misericordioso y lleno de amor!
Vivir la Semana Santa es entrar cada vez más en la lógica de Dios, en la lógica de la Cruz, que no es en primer lugar la del dolor y la muerte, sino la del amor y la de la entrega de sí mismo que da vida. Es entrar en la lógica del Evangelio. Seguir, acompañar a Cristo. Permanecer con Él requiere una "salir", salir. Salir de sí mismos, de un modo de vivir la fe cansino y rutinario, de la tentación de ensimismarse en los propios esquemas que terminan por cerrar el horizonte de la acción creadora de Dios. Dios salió de sí mismo para venir en medio de nosotros, colocó su tienda entre nosotros para traer su misericordia que salva y da esperanza. También nosotros, si queremos seguirlo y permanecer con Él, no debemos contentarnos con permanecer en el recinto de las noventa y nueve ovejas, debemos "salir”, buscar con Él a la oveja perdida, a la más lejana. Recuerden bien: salir de nosotros, como Jesús, como Dios salió de sí mismo en Jesús y Jesús salió de sí mismo para todos nosotros.
Alguien podría decirme: “Pero Padre no tengo tiempo", "tengo muchas cosas que hacer", "es difícil", "¿qué puedo hacer yo con mi poca fuerza, también con mi pecado, con tantas cosas?". A menudo nos conformamos con algunas oraciones, con una misa dominical distraída e inconstante, con algún gesto de caridad, pero no tenemos esta valentía de "salir" para llevar a Cristo. Somos un poco "como San Pedro. Tan pronto como Jesús habla de la pasión, muerte y resurrección, de darse a sí mismo, de amor a los demás, el Apóstol lo lleva aparte y lo reprende. Lo que Jesús dice altera sus planes, le parece inaceptable, pone en dificultad las seguridades que él se había construido, su idea del Mesías. Y Jesús mira a los discípulos y dirige a Pedro quizá una de las palabras más duras del Evangelio: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres». (Mc 8:33). Dios piensa siempre con misericordia: no olviden esto. Dios piensa siempre con misericordia: ¡es el Padre misericordioso! Dios piensa como el padre que espera el regreso de su hijo y va a su encuentro, lo ve venir cuando todavía está muy lejos... ¿Esto que significa? Que todos los días iba a ver si el hijo volvía a casa: éste es nuestro Padre misericordioso. Es la señal que lo esperaba de corazón en la terraza de su casa. Dios piensa como el samaritano que no pasa cerca del desventurado compadeciéndose o mirando hacia otra parte, sino socorriéndolo sin pedir nada a cambio; sin preguntar si era judío, si era pagano, si era samaritano, si era rico, si era pobre: no pide nada. No pide estas cosas, no pide nada. Va en su ayuda: así es Dios. Dios piensa como el pastor que da su vida para defender y salvar a las ovejas.
La Semana Santa es un tiempo de gracia que el Señor nos da para abrir las puertas de nuestros corazones, de nuestra vida, de nuestras parroquias,
- ¡qué pena tantas parroquias cerradas! - de los movimientos, de las asociaciones, y "salir" al encuentro de los demás, acercarnos nosotros para llevar la luz y la alegría de nuestra fe ¡Salir siempre! Y hacer esto con amor y con la ternura de Dios, con respeto y paciencia, sabiendo que ponemos nuestras manos, nuestros pies, nuestro corazón, pero que es Dios quien los guía y hace fecundas todas nuestras acciones.
Les deseo a todos que vivan bien estos días siguiendo al Señor con valentía, llevando en nosotros mismos un rayo de su amor a todos los que encontremos.

JUEVES SANTO - INFORMACIÓN

EL JUEVES SANTO NO HAY MISAS EN LA MAÑANA EXCEPTO LA MISA CRISMAL QUE SE CELEBRA EN LA CATEDRAL PARA BENDECIR LOS OLEOS QUE SE USAN EN ALGUNOS SACRAMENTOS.
POR LA TARDE SE CELEBRA LA MISA (SOLAMENTE UNA) QUE HACE MEMORIA DE LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA Y CON ELLA TAMBIÉN DE LA INSTITUCIÓN DEL SACERDOCIO Y DEL MANDATO DEL AMOR.
DESPUÉS DE LA EUCARISTÍA SE TIENE LA OPORTUNIDAD DE PARTICIPAR EN LA ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO HASTA LAS 12:00 DE LA NOCHE.

MONICIONES - JUEVES SANTO

JUEVES SANTO – EUCARISTÍA

MONICION DE ENTRADA
Con una emoción espiritual semejante a la que pudieron sentir los Apóstoles al reunirse con Jesús para la última cena, nos reunimos nosotros en esta tarde para celebrar el memorial del amor infinito de Dios a la humanidad. Lo que vamos a celebrar ahora es un signo sacramental de lo que vamos a vivir espiritualmente en estos días del Triduo conmemorand...o la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Al participar en la Eucaristía significamos el deseo de llenarnos de su amor para amar como El.

ACTO PENITENCIAL
Padre nuestro, que por amor nos das a tu Hijo Jesucristo, purifícanos de toda experiencia de egoísmo. SEÑOR TEN PIEDAD.
Hijo de Dios, que por amor te entregas a la muerte, líbranos del miedo a darnos a los demás. CRISTO TEN PIEDAD.
Espíritu Santo, que estás entre nosotros para renovarnos en el amor, santifícanos con tus dones. SEÑOR TEN PIEDAD.
- Dios, lleno de misericordia, nos mire con benevolencia, perdone nuestros pecados y nos conduzca por los caminos del amor a la plenitud de la vida. Amén.

GLORIA

MONICION A LA PRIMERA LECTURA (Ex 12, 1-8.11-14)
El relato que vamos a escuchar nos recuerda la celebración de la pascua de Israel al salir de Egipto, signo y preludio de nuestra Pascua, de nuestro paso con Cristo de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios. Escuchemos atentamente.

MONICION AL SALMO 115
Con este salmo agradecemos el sacrificio de Jesús que nos salva, y del que la Eucaristía es memorial.

MONICION A LA SEGUNDA LECTURA (I Cor 11, 23-26)
En esta segunda lectura San Pablo nos ofrece un sencillo relato de cómo Jesús celebró la Eucaristía por primera vez dentro de la liturgia de la cena pascual de su pueblo Israel.

MONICION AL EVANGELIO – Jn 13, 1-15
En el relato evangélico sobre el lavatorio de los pies, Jesús nos da un ejemplo de servicio y nos invita a servirnos unos a otros como él lo hace. Escuchemos.

MONICION AL LAVATORIO
El rito del lavatorio de los pies que vamos a presenciar es un signo que nos recuerda que el amor, si no se traduce en signos y detalles de servicio mutuo, no es el amor de los discípulos de Jesús. Por ello, presenciemos este gesto con devoción y meditando las palabras de Jesús: “Les he dado ejemplo para que se sirvan como yo les he enseñado”.

PRECES DE LOS FIELES
SACERDOTE: Antes de dar su vida por nosotros en la cruz, Cristo quiso darnos su cuerpo en la eucaristía. Es el alimento nuevo que nos lleva hasta la vida eterna. Por eso nuestra oración en este día es: SEÑOR, DANOS SIEMPRE TU PAN.
– Por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes y diáconos, para que por la comunión del pan compartido guíen a tu pueblo con el mismo amor de Cristo. OREMOS.
– Por los ministros extraordinarios de la eucaristía, para que su cercanía y servicio al Señor, los haga también ministros de su amor a los enfermos.
OREMOS.
- Por los Jefes de Estado y de Gobierno y por todos los servidores públicos, para que sirvan la causa de la paz y la convivencia humanas aun con el sacrificio de su propia vida. OREMOS.
- Por los más necesitados de amor para que Dios se haga presente en sus vidas con los gestos fraternos de quienes vivimos junto a ellos. OREMOS.
– Por todos nosotros que compartimos el Pan de la Eucaristía, para que vivamos con la inquietud constante de amarnos como hermanos. OREMOS.
- SACERDOTE: Señor, que la participación en este misterio de amor y de gracia sea alimento y fuerza para seguir tu ejemplo. Amén.

MONICION ANTES DE LA PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO
Cristo sigue entre nosotros. Su Cuerpo que se guarda en el sagrario es el signo de este deseo de estar con nosotros. Por ello, hoy se hace la reserva del mismo solemnemente en el sagrario para nuestra veneración en las próximas horas y para la comunión de mañana.

AVISO AL CONCLUIR LA RESERVA
La iglesia estará abierta para la adoración del Santísimo hasta las 10:00 de la noche; de 10:00 a 12:00 estará el grupo de la Adoración nocturna y a las 12:00 se concluye el tiempo de adoración.

año de la fe: año de toma de conciencia

MIÉRCOLES SANTO: LA TRAICIÓN DEL AMOR
"Yo les aeguro que uno de ustedes va a entregarme" Mt 26, 14-25. El gran drama del amor traicionado, que nos provoca a estar siempre en guardia.

martes, 26 de marzo de 2013

AÑO DE LA FE:AÑO DE HUMILDAD

MARTES SANTO: LOS AVISOS DEL AMOR
"Pedro, antes de que cante el gallo me habrás negado tres veces" Jn 13, 38. ¡Qué peligroso es sentirnos seguros en nuestra virtud!

lunes, 25 de marzo de 2013

AÑO DE LA FE: AÑO DEL AMOR

LUNES SANTO: SOLO EL AMOR ES DIGNO DE FE
Así viene a justificar Jesús la unción de sus pies por parte de María con el perfume muy costoso: "Déjala, pues a mí no siempre me tendrán".

sábado, 23 de marzo de 2013

MONICIONES


DOMINGO DE RAMOS


 

MONICION DE ENTRADA


En este domingo, domingo de ramos, como se llama comúnmente, la Iglesia nos invita a entrar en la celebración de los misterios de la muerte y resurrección de Cristo, con un corazón lleno de esperanza en la gracia y salvación que Dios nos ofrece de nuevo al celebrar estos misterios. El relato de la Pasión que escucharemos nos invita a entrar con Jesús en Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas, para ser testigos como él de los valores espirituales del Reino  en la sociedad de hoy. Dispongámonos a participar activamente.

 

MONICION A LA 1ª LECTURA Isaías 50, 4-7


En la primera lectura, Isaías nos invita a contemplar la imagen de Jesús, que se enfrenta a la prueba de su pasión totalmente confiado en el apoyo de Dios.

 

MONICION AL SALMO 21


El salmo nos invita a contemplar a Cristo en su prueba dolorosa de la cruz y la oración que dirige al Padre: DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?


 

MONICION A LA 2ª LECTURA –Filipenses 2, 6-11


La segunda lectura proclama la gloria que va unida al misterio de Cristo, que se humilla hasta el extremo al aceptar la prueba de la pasión y muerte en cruz.

 

MONICION A LA PASIÓN – Lucas 22


El relato de la Pasión nos invita a contemplar la dura prueba por la que Cristo pasó en favor nuestro y así  renovar nuestro espíritu con la confianza en un Dios que nos ha amado hasta el extremo. 

 

PRECES DE LOS FIELES


Ante el gran caudal de amor y de gracia que supone la pasión y muerte de Jesús a favor de toda la humanidad, nos atrevemos a interceder por todas sus necesidades: SEÑOR TEN PIEDAD

 

- Por toda la Iglesia, que a través de la Semana Santa, vaya asumiendo las actitudes de Jesús de servir y dar la vida por todos sin medir las consecuencias. Oremos.

 

- Por todos los gobernantes, para que no eludan el sacrificio de servir desinteresadamente, y eviten siempre toda sombra de corrupción e injusticia. Oremos.

 

- Por todos los hombres y mujeres del mundo que viven en la pobreza material o moral, para que la celebración del misterio pascual de Cristo sea para ellos una fuerza de redención y liberación. Oremos.

 

- Por todos nosotros, que al celebrar de nuevo estos misterios nos renovemos en  el seguimiento de Cristo hasta dar la vida como él por la gloria de Dios y el bien de los hermanos. Oremos.

 

Sacerdote: Que estas oraciones nos concedan la fuerza y la gracia para vivir estos misterios pascuales y renovarnos en el amor. Por Cristo nuestro Señor.

 

MONICION DE ENVÍO

Que la celebración de la Pasión de Cristo sea para nosotros un punto de referencia espiritual de esta semana, que nos recuerde el misterio que vamos a celebrar: EL AMOR ADMIRABLE DE DIOS A NOSOTROS.

 

AVISOS PARROQUIALES

1.    Mañana lunes día 25 tendremos aquí, en la iglesia, una explicación de la semana santa después de la Misa de 7:00 de la noche.

  1. Las vacaciones de la Semana Santa son, para quienes las tengan, el tiempo para la celebración más profunda de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

AÑO DE LA FE: AÑO DE AMOR

"Ustedes no saben nada -dijo Caifás- No comprenden qye conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que la nación perezca". Es el gran misterio de la muerte salvadora de Cristo. Aunque no fuera necesario, convino una señal tan clara y radical de amor y obediencia, de comunión y de solidaridad como es la vida, la pasión y la muerte de Cristo.

viernes, 22 de marzo de 2013

AÑO DE LA FE: AÑO DE TESTIMONIO

"¿Por cuál de las obras buenas que he realizado quieren apedrearme? Jn 10, 31-42. Son palabras de Jesús; ¿cómo nos comparamos nosotros con él ?

jueves, 21 de marzo de 2013

AÑO DE LA FE: AÑO DE CONOCER A DIOS

"De quien ustedes dicen: ´es nuestro Dios´, aunque no lo conocen". El Papa insiste en su homilía de hoy en que no conocer a Dios y habalr de él nos lleva a desfigurar nuestra religiosidad cristiana.

miércoles, 20 de marzo de 2013

HOMILIA DEL PAPA


HOMILÍA DEL PAPA EN LA MISA DE INAUGURACIÓN DE SU MINISTERIO COMO SUCESOR DE SAN PEDRO

 

Queridos hermanos y hermanas
Doy gracias al Señor por poder celebrar esta Santa Misa de comienzo del ministerio petrino en la solemnidad de san José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal: es una coincidencia muy rica de significado, y es también el onomástico de mí venerado Predecesor: le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud.

 

Saludo con afecto a los hermanos Cardenales y Obispos, a los presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y a todos los fieles laicos. Agradezco por su presencia a los representantes de las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, así como a los representantes de la comunidad judía y otras comunidades religiosas. Dirijo un cordial saludo a los Jefes de Estado y de Gobierno, a las delegaciones oficiales de tantos países del mundo y al Cuerpo Diplomático.

 

Hemos escuchado en el Evangelio que «José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer» (Mt 1,24). En estas palabras se encierra ya la la misión que Dios confía a José, la de ser, custos, custodio. Custodio ¿de quién? De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia, como ha señalado el beato Juan Pablo II: «Al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo» (Exhort. ap. Redemptoris Custos, 1).

 

¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús.

 

¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio; y eso es lo que Dios le pidió a David, como hemos escuchado en la primera Lectura: Dios no quiere una casa construida por el hombre, sino la fidelidad a su palabra, a su designio; y es Dios mismo quien construye la casa, pero de piedras vivas marcadas por su Espíritu. Y José es «custodio» porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas. En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación.

 


Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios.


Y cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido. Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen «Herodes» que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer.


Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos «custodios» de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro. Pero, para «custodiar», también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura.
Y aquí añado entonces una ulterior anotación: el preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura.

 

Hoy, junto a la fiesta de San José, celebramos el inicio del ministerio del nuevo Obispo de Roma, Sucesor de Pedro, que comporta también un poder. Ciertamente, Jesucristo ha dado un poder a Pedro, pero ¿de qué poder se trata? A las tres preguntas de Jesús a Pedro sobre el amor, sigue la triple invitación: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas. Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-46). Sólo el que sirve con amor sabe custodiar.

 

En la segunda Lectura, san Pablo habla de Abraham, que «apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza» (Rm 4,18). Apoyado en la esperanza, contra toda esperanza. También hoy, ante tantos cúmulos de cielo gris, hemos de ver la luz de la esperanza y dar nosotros mismos esperanza. Custodiar la creación, cada hombre y cada mujer, con una mirada de ternura y de amor; es abrir un resquicio de luz en medio de tantas nubes; es llevar el calor de la esperanza. Y, para el creyente, para nosotros los cristianos, como Abraham, como san José, la esperanza que llevamos tiene el horizonte de Dios, que se nos ha abierto en Cristo, está fundada sobre la roca que es Dios.

 

Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados, para hacer brillar la estrella de la esperanza: protejamos con amor lo que Dios nos ha dado.

 

Imploro la intercesión de la Virgen María, de san José, de los Apóstoles san Pedro y san Pablo, de san Francisco, para que el Espíritu Santo acompañe mi ministerio, y a todos vosotros os digo: Orad por mí. Amén.

 

AÑO DE LA FE: AÑO DE COHERENCIA

"Si fueran hijos de Abraham harían las obras de Abraham" Jn 8,31-42. Haciendo las aplicaciones lógicas, veamos por nuestras obras de quién podemos considerarnos hijos.

lunes, 18 de marzo de 2013

AÑO DE LA FE: AÑO DE LUZ

"Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz d ela vida" Jn 8,12. En este tiempo de confusión en tantos campos d ela vida, nos conviene recordar estas palabras de Jesús.

domingo, 17 de marzo de 2013

PLATICA DEL PAPA EN EL ANGELUS DE HOY DOMINGO


Palabras íntegras del Papa

Hermanos y hermanas, buenos días. ¡Después de la primera reunión del miércoles pasado, hoy de nuevo puedo saludar a todos! ¡Y estoy feliz de hacerlo en domingo, en el día del Señor! Esto es hermoso e importante para nosotros cristianos, reunirnos el domingo, saludarnos, hablarnos como ahora aquí, en la plaza. Una plaza que, gracias a los medios de comunicación, tiene la dimensión del mundo. En este quinto domingo de Cuaresma, el Evangelio nos presenta el episodio de la mujer adúltera, a la que Jesús salvó de la condena a muerte. Nos conmueve la actitud de Jesús: no escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólo palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión Tampoco yo te condeno ¡Vete y ya no vuelvas a pecar! ¡Oh, hermanos y hermanas, el rostro de Dios es el de un padre misericordioso, que siempre tiene paciencia! ¿Habéis pensado en la paciencia de Dios, la paciencia que tiene con cada uno de nosotros? ¡Eh, esa es su misericordia! Siempre tiene paciencia: tiene paciencia con nosotros, nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos si sabemos volver a Él con el corazón contrito. Grande es la misericordia del Señor.

En estos días, he podido leer un libro de un cardenal -el Cardenal Kasper, un teólogo muy competente, ¿eh?, un buen teólogo– sobre la misericordia. Y me ha hecho mucho bien, ese libro, pero no penséis que hago publicidad que a los libros de mis cardenales, ¿eh? No es así, pero me ha hecho tanto bien, tanto bien... El cardenal Kasper decía que sentir misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos oír: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace el mundo menos frío y más justo. Necesitamos entender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso, que tiene tanta paciencia... Recordemos el profeta Isaías, que afirma que aunque nuestros pecados fuesen color rojo escarlata, el amor de Dios los convertirá en blancos como la nieve.

¡Es hermoso, lo de la misericordia! Recuerdo, cuando apenas era obispo, en 1992, llegó a Buenos Aires la Virgen de Fátima y se hizo una gran misa para los enfermos. Fui a confesar, a aquella misa. Y casi al final de la misa me levanté porque tenía que administrar una confirmación. Vino hacia mí una mujer anciana, humilde, muy humilde, de más de ochenta años. La miré y le dije: Abuela – porque allí llamamos así a los ancianos- abuela, ¿se quiere confesar? Sí, me dijo. Pero si usted no ha pecado... Y ella me dijo: Todos tenemos pecados... Pero el Señor ¿no la perdona? El Señor perdona todo me dijo, segura. Pero, ¿cómo lo sabe usted, señora? Si el Señor no perdonase todo, el mundo no existiría.

Me entraron ganas de preguntarle: Dígame, señora, ¿usted ha estudiado en la Universidad Gregoriana?, porque esa es la sabiduría que da el Espíritu Santo: sabiduría interior de la misericordia de Dios. No olvidemos esta palabra: ¡Dios nunca se cansa de perdonarnos, nunca! El Papa, poniéndose en el lugar del sacerdote, ha improvisado un diálogo: Entonces, padre, ¿cuál es el problema? Bueno, el problema es que ¡nosotros nos cansamos de pedir perdón! Pero Él nunca se cansa de perdonar; somos nosotros los que, a veces, nos cansamos de pedir perdón. Y no tenemos que cansarnos nunca, nunca. Él es el Padre amoroso que perdona siempre y cuyo corazón está lleno de misericordia para todos nosotros. Tenemos que aprender a ser más misericordiosos con todos. Invoquemos la intercesión de la Virgen María, que ha tenido en sus brazos a la Misericordia de Dios hecho hombre.


Gracias por vuestra acogida y vuestra oración - ha dicho- Os pido que recéis por mí. Renuevo mi abrazo a los fieles de Roma y lo extiendo a todos vosotros, que habéis venido de varias partes de Italia y del mundo, así como a aquellos que se unen a nosotros a través de los medios de comunicación. He elegido el nombre del santo patrono de Italia, San Francisco de Asís y esto refuerza mis lazos espirituales con esta tierra, de la que- como sabéis - es originaria mi familia. Pero Jesús nos ha llamado a ser parte de una nueva familia: su iglesia; esta familia de Dios, para caminar juntos por los caminos del Evangelio. ¡Que el Señor os bendiga y la Virgen os proteja! Y no os olvidéis de ésto: El Señor nunca se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón.

 

AÑO DE LA FE: AÑO DE CONVIVENCIA Y PERDON

"Aquel de ustedes que este sin pecado que tire la primera piedra" Jn 8, 1-11. Cuanta armonia en nuestras relaciones interpersonales si tuvieramos presente estas palabras de Jesus.

viernes, 15 de marzo de 2013

MONICIONES


V DOMINGO DE CUARESMA

 

AMBIENTACIÓN INICIAL

Paz y bien. A dos semanas y media del Triduo Pascual, la Palabra de Dios nos está ya anunciando que Dios quiere hacer algo nuevo, más aún que Dios quiere dejar atrás el pasado y comenzar una humanidad nueva, de la que Jesús va a ser el primogénito, el primero de todos nosotros, que en su misterio  Pascual nacimos espiritualmente. Por ello, la Palabra de Dios nos invita a revivir nuestra esperanza, pues Dios viene a nosotros en su Hijo para salvar lo que estaba perdido, a  perdonar y no a condenar. Dispongámonos espiritualmente a participar en este gran misterio de vida, que es la Eucaristía.

 

MONICIÓN A LA 1ª LECTURA – Isaías 43, 16-21

En la primera lectura la Iglesia nos habla, como lo hizo en un tiempo Isaías a los que regresaban del destierro, para revelarnos que Dios tiene planes de vida y de esperanza para nosotros.

 

MONICIÓN AL SALMO – 125

En el salmo precisamente vamos a asumir la alegría del pueblo de Israel que canta a un Dios que ha cumplido sus promesas al dar a los desterrados la oportunidad de volver a la tierra prometida.

 

MONICIÓN A LA 1ª LECTURA- Filipenses 3, 7-14

Frente a un mundo que trata de supervalorar lo material  y quitar valor a lo espiritual, san Pablo proclama cómo su modo de ver la vida y valorar cambió radicalmente al conocer a Jesucristo.

 

MONICIÓN AL EVANGELIO – Juan 8, 1-11

El pasaje evangélico de hoy nos invita por una parte a aceptar el perdón misericordioso de Dios, sin miedo a  vernos pecadores, y, por otra, a practicar esa misericordia con los demás.

 

PRECES DE LOS FIELES

Sacerdote: Llenos de confianza en el amor de Dios nuestro Padre, que en Jesús ha renovado sus maravillas a favor de su pueblo, nos atrevemos a presentarle nuestras  necesidades.

Respuesta: SEÑOR, TEN PIEDAD.

-        Por la Iglesia, especialmente por el Papa Francisco, para muestre a todos el rostro amable y misericordioso de Dios. Oremos.

-        Por los poderes públicos, para que practiquen la justicia respetando los derechos humanos de todos. Oremos.

-        Por los más alejados de Dios, por los discriminados de la sociedad, por los que se sienten sumidos en el vicio, para que despierte en ellos la esperanza. Oremos.

-        Por todos nosotros, para que vivamos intensamente este tiempo de renovación espiritual, confiando plenamente en Cristo, Señor y Salvador nuestro. Oremos.

 

Sacerdote: Padre  de bondad, que has derramado la abundancia de tu amor en nuestros corazones, despierta en nosotros la ciencia de  nuestros pecados para llenarnos de tu gracia. Pro Cristo nuestro Señor.

 

AVISOS PARROQUIALES

1.    Este lunes tendremos la celebración del sacramento de la reconciliación o confesión aquí en esta iglesia, a las 7:40, acabando las Misa de 7:00. Invitamos a todos a participar.

2.    El viernes a las 12:00 del mediodía se tendrá aquí la Misa con unción de enfermos; también quienes han cumplido los 65 años de edad pueden gozar de esta gracia del sacramento de la Unción. Si alguien de los enfermos o adultos mayores necesita asistencia para participar en esta Misa del viernes, favor de comunicarse con la oficina parroquial.

 

MONICIÓN DE ENVÍO

Con el ejemplo de Cristo, que trata de rescatar lo que ya parecer estar perdido, volvamos a nuestra vida con el deseo de ser instrumentos de misericordia, de perdón y de comprensión, particularmente hacia los menos queridos de nuestra sociedad.

 

 

 

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