II DÍA
La generosa voluntad de colaborar con el Espíritu en la santificación propia y en la de los hermanos es condición previa e indispensable para la nueva evangelización.
La evangelización requiere la santidad y ésta, a su vez, necesita la savia de la vida espiritual: la oración y la unión íntima con Dios mediante la Palabra y los sacramentos; en suma, necesita la vida personal y profunda en el Espíritu.
(Bto. Juan Pablo)
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos la llama de tu amor.
Envía, oh Señor, tu Espíritu.
Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos.
Ven, Espíritu de amor y de paz.
Espíritu creador, misterioso artífice del Reino, guía la Iglesia con la fuerza de tus santos dones para llevar a las generaciones venideras la luz de la Palabra que salva.
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