"Todos los que tenían enfermos se los llevaban a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades" Lc 4, 38-44. No hay enfermedad o mal que nos aqueje que no encuentre en Dios una respuesta favorable.
"Todos los que tenían enfermos se los llevaban a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades" Lc 4, 38-44. No hay enfermedad o mal que nos aqueje que no encuentre en Dios una respuesta favorable.
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