EL TESORO DEL REINO El Reino de Dios, -nos dijo Jesús- es como una perla, como un tesoro escondido, dame la gracia de verla. El Reino de Dios también es como la red en el mar, que recoge bueno y malo, que va y viene sin cesar. Para poder conocer la riqueza de este Reino, al menos hay que tener el deseo de tenerlo. Sin embargo, se dan los casos en los que Dios se revela, en los que guía los pasos allá donde está la perla. San Pablo hoy nos explica que el poder reproducir la imagen de Jesucristo es tesoro a conseguir. Dame, Señor, ese don de ver y de distinguir en medio de este mundo cómo tus pasos seguir. Que yo siempre sepa y pueda discernir ese tesoro, que ante mis ojos tú pones, humildemente lo imploro.
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