"Dios mío, a piádate de mí, que soy un pecador" Lc 18, 9-14. Oración semejante a la del ciego de Jércio, la oración poderosa ante Dios.
"Dios mío, a piádate de mí, que soy un pecador" Lc 18, 9-14. Oración semejante a la del ciego de Jércio, la oración poderosa ante Dios.
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